Perteneciente a la comarca cordobesa del Alto Guadalquivir, Villa del Río, es una población situada en la parte más oriental de Córdoba, limitando en la zona Este con nuestra vecina provincia jienense.

Nuestro municipio, se encuentra a orillas de río Guadalquivir, que realiza su recorrido de Este a Oeste, en su paso por la villa.

Villa del Río, se localiza a una distancia de 52 Km. de la capital cordobesa, gozando de una privilegiada situación a dos niveles:

  1.  Por su ubicación, entre la sierra y la baja Campiña cordobesa.
  2.  Por su situación en el eje de comunicación Norte-Sur, por el  Valle del Guadalquivir, haciéndola tener una fuerte orientación industrial, que se aprecia en su distribución laboral:
  • Industrial: 35,8%
  • Sector Primario: 20,7%
  • Sector Servicios: 28,2%
  • Construcción: 10%

Nuestra localidad, se sitúa, a una altitud de 168 m sobre el nivel del mar, contando con una extensión de 21,7 km, y una población de 7.301 habitantes en 2016, según el Instituto Nacional de Estadística.

             

 

DATOS HISTÓRICOS

Los datos históricos, con los que contamos, del término municipal de Villa del Río, son producto de prospecciones superficiales, hablando de lo que se refiere a una ocupación temprana de la zona.

Esta Protohistoria es decir, (la transición existente entre la Prehistoria y la Historia propiamente dicha), está bien representada por materiales, al menos desde el Bronce Final, en los alrededores de la zona, así como restos Íberos, que nos arrojan cierta claridad sobre ésta temprana ocupación.

En nuestro suelo, aparecen también materiales cerámicos griegos, que nos informan sobre la importancia económica de la zona, ya que es lo normal, que se refiriesen éstos hallazgos, a intercambios comerciales con la antigua zona costera mediterránea.

Por otro lado, los hallazgos de cerámicas íberas, con decoración geométrica, junto con materiales romanos, indican la existencia de pueblos íbero-romanos asentados hasta época romana, debido tanto:

  • A su ocupación, de carácter rural, gracias a la riqueza de sus tierras.
  • Su proximidad a la Vía Augusta.

Joaquín Criado Costa, dijo de Villa del Río, refiriéndose a esta época: “La romana y vieja Ripa; la medieval Aldea del Río; la Oriverde Villa del Río, dorada de sol y mieses, verdeada de olivares… la Córdoba jaenera de oriente, con reflejos de plata del Guadalquivir…”

Sin ninguna duda, en éste, nuestro pueblo, es mucha la historia,  y son numerosos los hechos, que han ido forjando, nuestra cultura, costumbres, formas de vida, etc.

Por otro lado, son numerosos los topónimos que ha adquirido nuestra localidad a lo largo de su historia, hasta llegar a hacerse con su nombre actual, son éstos, siguiendo una cronología ordenada:

·         Orabuena: es el más antiguo, recibido tras su conquista por Fernando III, hasta la segunda mitad del siglo XIV.

·         Posteriormente, tras la citada fecha, pasará a conocerse bajo la denominación de Aldea del Río.

·         En el siglo XVII, al ser liberada del señorío de Antonio Alfonso de Sousa (1635), cambia su nombre nuevamente, siendo Felipe IV, quien le conceda su nueva categoría, y el nombre que se mantiene hasta la actualidad, “Villa del Río”.

Nuestra localidad, aumentará históricamente su población, desde fines del siglo XVIII, por la riqueza de su tierra de labor, así como por su industria telar y de paños de la época. Económicamente ha cambiado el sistema, pasando de vivir del sector primario, al secundario-industrial, del que depende  la mayoría de nuestra población, y colocando en un lugar muy importante, nacional e internacionalmente, la conocida Villa del Mueble, gracias a la categoría de nuestros productos.

Históricamente nuestro pueblo, ha mantenido un destacado papel, sobre todo en nuestra historia nacional más reciente, siendo zona fronteriza, entre los dos grupos políticos enfrentados durante la Guerra Civil española.

Sin ninguna duda, desde el origen y nacimiento del suelo en que hoy hemos echado raíces, han sido muchos, los pueblos y culturas que han enriquecido, nuestra historia y la tierra en que vivimos, y que han forjado el carácter abierto y acogedor, para disfrute del visitante que desee conocer nuestro rico pasado.